Una de las cosas que vamos a comentar en este blog son distintas viñetas relacionadas con la educación. La primera es la siguiente:
Como se puede apreciar en la imagen, una maestra da la bienvenida a un niño y le dice que se presente para que se puedan conocer mejor. El niño le cuenta con entusiasmo distintas cosas relacionadas con él. La maestra se presenta con un más que escueto "Bien, yo soy tu maestra".
Lo primero que pensé cuando vi esta viñeta es que esta mujer se podría haber dedicado a otra cosa, porque desde luego, el trato con niños pequeños no es lo suyo.
En mi opinión, un maestro o maestra de infantil debe poseer unas cualidades básicas a la hora de desarrollar esta profesión. Además de una adecuada formación, que por supuesto es importante, debe poseer un carácter adecuado para tratar con niños: amabilidad, empatía, muchos kilos de paciencia y vocación.
La maestra que se nos presenta, a la vista de lo que se ve, no posee mucha empatía y amabilidad con los niños. Digo esto porque cuando un niño te cuenta con todo el entusiasmo que puede cosas relacionadas con sus padres, con su profesión de mayor..., lo mínimo que puedes hacer es mostrar atención, interés por lo que te están contando, hacer comentarios al niño del tipo de "no me digas que tus padres, que quieres ser astronauta...".
Supongo que la mayor parte de personas que se dedican a esto del magisterio lo hacen porque realmente les gusta su profesión. Por eso se esfuerzan por preparar sus clases, por tener una adecuada formación, por mantener una buena relación en general con padres y alumnos...
Como he dicho, esta es la mayor parte. Otros, afortunadamente minoría, escogen esta profesión porque se tienen muchas vacaciones, la carrera no es muy difícil (esto último habría que discutirlo) y se es funcionario, con lo que esto conlleva.
Si se escoge este trabajo únicamente por esas razones, probablemente uno nunca llegará a ser un buen maestro, por mucho que su expediente esté lleno de buenas notas.
Lo grave en este asunto es el sector perjudicado: los niños.
Aunque muchas personas afirmen que ser maestr@ de infantil es tan simple como poner a dibujar a los niños o jugar con ellos, la tarea es bastante más complicada. En la mano de un maestro/a de infantil está en buena parte su afición posterior por los estudios, su adecuado desarrollo en aspectos tan importantes como la personalidad, la creatividad...
Por esto, es muy importante que tomemos conciencia todos de la gran responsabilidad que tenemos en nuestras manos.
¿Qué pensáis vosotr@s?
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