Viñeta nº2 Bloque 1

Hola de nuevo:
Hoy vamos a comentar la segunda viñeta del bloque 1 de la asignatura.







Como se puede observar en la imagen, dos niños están hablando. En la conversación hacen una reflexión muy importante: Cómo aprender sin odiar lo que se está estudiando.
En muchos cursos de la etapa escolar (sobre todo los últimos de la E.S.O y el bachiller) a los alumnos se les presentan multitud de asignaturas que no les gustan nada, e incluso las odian.
A este fenómeno, a veces por ser tan común, no se le da la suficiente importancia.
Esto en mi opinión es un gran error.
Evidentemente, de las múltiples asignaturas que se imparten, siempre va a haber algunas que te gusten más y otras menos. Pero el problema no es ese, sino que a veces se dan asignaturas que están totalmente alejadas de las preocupaciones del alumno, que se presentan de manera muy abstracta, en las que el alumno no encuentra ninguna aplicación a la práctica...
Podríamos poner muchos ejemplos: las matemáticas, algunos aspectos de la asignatura de lengua...
En el caso de las matemáticas, muchos alumnos la odian porque se presenta en muchos casos de una manera muy abstracta. A esto hay que unirle que la mayoría de los alumnos no entienden para qué sirve aprender derivadas, polinomios u otras tantas cosas para algunas profesiones.
En el caso de la lengua pasa algo parecido. Durante mi etapa de educación secundaria y en el bachiller, me pregunté muchas veces para que servía el análisis sintáctico de las oraciones. Puedo entender que los alumnos tengamos una formación básica en literatura o en otros aspectos pero, sinceramente, no entiendo para qué sirve exactamente saber si una oración es subordinada o yuxtapuesta, o el tipo de subordinada que es.
Me explico:entiendo que para un futuro ingeniero,arquitecto o informático sea inevitable aprender derivadas. Pero, ¿de qué le sirve, por ejemplo a un trabajador social?
En el caso del análisis sintáctico de las oraciones, no conozco a nadie que al hablar se esté preguntando si está uniendo las proposiciones por coordinación o subordinación.
He puesto estos dos ejemplos, pero se podrían poner muchos más.
Es necesario que los niños tengan unos conocimientos básicos de todo: de matemáticas, de lengua, de historia, de geografía..., pero el problema, en mi opinión, radica en la manera en la que se enseñan estos conocimientos.
Si al niño se le presentaran situaciones muy concretas, que le interesaran para su vida posterior, con clara aplicación a la práctica, no sólo aprendería más, sino que lo haría gustándole la asignatura.
De la manera en la que se imparten actualmente, los alumnos sacan pocas cosas en claro. Se esfuerzan por sacar adelante las asignaturas que más le cuestan y están deseando quitárselas de encima.
Esto si hablamos de alumn@s que tienen claro que quieren estudiar. También hay muchos alumnos que al entrar en la E.S.O se desmotivan completamente y dejan los estudios, porque son incapaces de "aguantar" tantas asignaturas que odian.
En resumen, creo que es importante que los alumnos sepan un poco de todo. Pero habría que cambiar la manera en la que se dan ciertas asignaturas, haciéndoselas más llevaderas a los alumnos y explicándoles su importancia para situaciones muy concretas.
¿Qué pensáis vosotr@s?

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3 comentarios:

Seño_Bea dijo...

Yo estudié griego y latín, y aunque sean lenguas muertas y no sirven para nada, la verdad es que me encantaron y con ellas entiendo muchas palabras del castellano, y sé de donde vienen.

El problema de la materia abstracta también puede verse a la temida "Filosofía". Un mes se tiró mi clase de segundo de bachiller para intentar comprender el mito de la caverna, y suspendió al final casi toda la clase.

Las asignaturas complejas son las que acabamos odiando porque no nos facilitan su aprendizaje, y acabamos cansados de no entenderla y no tener soluciones. Nos hemos adapatado a ello, y por eso, se ve normal quejarse de una asignatura de dificil comprensión o de profesor insoportable.

No crees?

Belén Santiago Trabado dijo...

Te doy la razón en que las asignaturas complejas normalmente son las más odiadas por su difícil comprensión. Me refiero que si se explicaran casos más concretos, si se planteara la asignatura de otra manera, quizás los alumnos no la odiaríamos tanto. No estoy en contra de las asignaturas, sino de la manera en la que se imparten en muchas ocasiones. En el ejemplo que has puesto con filosofía, si se impartiese de otra manera, quizás acabaríamos comprendiéndola y nos gustaría, si se nos explicase su utilidad. Entiendo que es un proceso complejo, pero en mi opinión es muy importante el cambio

Seño_Bea dijo...

En definitiva, las rutinas en educación acaban siendo malas, se necesita innovar.

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