Viñeta nº 8 Bloque 3

Hola chic@s:
Vamos a comentar la última viñeta de este bloque, y también de esta asignatura.




En esta viñeta se observa como una maestra/o pide a un alumno que lea su redacción. El alumno empieza a leer y en un determinado momento se equivoca en una palabra.
El docente se cabrea muchísimo y echa una reprimenda al alumno: le dice que es un burro y que se calle y aprenda a escribir.
En mi opinión el burro aquí es el maestro o maestra, y el que se debería callar es él/ella.

No puede ser que mandemos una tarea a un alumno, que éste se esfuerce por hacerla, que la traiga el día acordado, que la haga con toda su buena intención, y que el maestro le regañe por tener un fallo.
Si hacemos esto para empezar no estamos valorando el esfuerzo, sino el resultado, y para terminar estamos valorando el trabajo palabra por palabra, no de una manera global.
En el caso de este niño, a lo mejor se ha esforzado muchísimo a la hora de hacer la redacción, o a lo mejor la redacción era buenísima y el torpe maestro no ha sabido valorar su trabajo.

El hecho de regañar a los niños por cualquier tontería es muy perjudicial.
Si yo fuera ese niño me lo pensaría dos veces a la hora de volver a hacer los deberes, y más si se tienen que leer en público, porque en este caso no sólo se ha tirado por tierra el trabajo del alumno, sino que también se lo ha puesto en evidencia delante de sus compañeros.
Seguro que todos o casi todos hemos tenido, desgraciadamente, algún profesor que nos ha humillado, que nos ha menospreciado, que no ha valorado en ningún momento nuestro esfuerzo...
El hecho de actuar así tiene unas claras consecuencias: la frustación del alumno, su desmotivación, el odio a esas clases determinadas, a ese profesor, el deterioro de su autoestima...

En resumen, creo que no se puede estar midiendo y observando todo con lupa. Si pedimos a los niños que hagan una tarea, sobre todo cuando son más pequeños, debemos medir sobre todo el interés, la implicación, el esfuerzo empleado..., y no tanto el resultado, y más de manera tan precisa.
Si nos lo tomamos todo de una manera tan estricta y echamos una bronca al niño por cualquier tontería lo único que podemos conseguir es que el niño acabe odiando la asignatura o hacer los deberes, ya que pensará que haga lo que haga, siempre estará mal a los ojos del maestro.

¿Qué opináis vosotr@s?

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